Se dice que los edificios típicos de Barcelona son las fincas regia. No obstante, a menudo se suele generalizar (y banalizar) el concepto ‘regia’, por lo que se le atribuye a cualquier construcción antigua, independientemente de sus características. Y, sin embargo, sigue siendo la joya de la corona de Barcelona; el piso donde a todo el mundo le gustaría tener su hogar.
Según la definición de la RAE, ‘regia’ es un adjetivo que se atribuye a una c
osa ‘suntuosa, grande, magnífica’. Sin embargo, no es propiamente un estilo arquitectónico, como lo fue el modernismo o el clasicismo, por lo que nunca encontraremos ningún término técnico como ‘regialismo’ o ‘arquitecto regialista’. De hecho, hay quien dice que ‘finca regia’ es una expresión de marketing relativamente reciente, inventada por los agentes inmobiliarios de Barcelona para captar la atención de los compradores y dar más valor a inmuebles viejos.
Sin embargo, podemos definir como ‘finca regia’ aquel edificio residencial construido entre finales del siglo XIX y la década de los 40, generalmente situado en el distrito del Ensanche, levantado por los burgueses adinerados de la revolución industrial.
En la fachada de un edifico regio encontramos balcones de hierro forjado, galerías con coloridas vidrieres, incontables detalles decorativos, a menudo inspirados en la vegetación y la fauna de la naturaleza o de la imaginación, y una monumental puerta principal de madera maciza. El hall de una finca regia suele ser muy amplio y señorial, a menudo con una escalinata de mármol y un ascensor de hierro forjado y madera, dejando al descubierto su antigua maquinaria.
Este tipo de fincas suelen tener unas cinco plantas de altura, con amplios pisos que ocupan ambas caras del edificio, es decir, pisos que tienen la zona de día orientada a la calle y la zona de noche orientada a patio de manzana. Estas viviendas se caracterizan por tener los techos altos, artesanados o con la típica volta catalana, y suelos de un precioso mosaico hidráulico. Además sus estancias son muy espaciosas, ya que fueron diseñadas para albergar muebles tan pomposos como el propio edificio.
Es difícil encontrar áticos con terrazas, puesto que antaño los pisos más exclusivos eran los de la planta principal, donde solían vivir los propietarios más pudientes, mientras que el resto de niveles solían tener residencias estructuralmente iguales.
Así pues, que nadie te engañe si te habla de una finca regia localizada en el Poblenou, con una planta sótano con parking, con una fachada insulsa y homogénea o con una entrada estrecha. Las fincas regia son sinónimo de opulencia y majestuosidad, y por este motivo son únicas en su estilo.
Si estás buscando una propiedad única en una finca regia, contacta con nosotros. Tenemos pisos a reformar y reformados en preciosos edificios del Ensanche.
Comments